Burguillos y su historia

El topónimo de la localidad nos aproxima a sus primitivos orígenes y deriva del antiguo vocablo germánico burgs, introducido en la península a través del bajo latín medieval, que lo re-denomina burgus. Se atribuye a lugares que se desarrollaron en torno a torres o pequeñas fortificaciones y a los barrios que crecían fuera de las ciudades. Realmente, Burguillos de Toledo no comienza a “escribir” su propia historia hasta después de la reconquista de la ciudad de Toledo por Alfonso VI en el año 1085. Las primeras noticias tienen su origen en la repoblación del territorio circundante que había sido arrebatado a los árabes y que se llevó a cabo, principalmente, con mozárabes (siglos XII y XIII).

Este contingente es el que nos dejó la principal huella documental del primer asentamiento estable conocido con el nombre de Burguiellas, en el que se establecieron los nuevos pobladores de este lugar y sus alrededores. El documento más antiguo nos cita a Alfonso VI como poseedor de unas viñas en Sielma (Casa Meca) que finalmente cedió a la Catedral de Toledo.

La producción vinícola de la localidad le hizo acreedora del apelativo de “bodega de Toledo”, con el que se la conocía ya en el siglo XVI. Prácticamente no había otro cultivo en su término que no fuera el del viñedo; pero la razón del sobrenombre es que este vino tan apreciado se producía exclusivamente para ser vendido en la ciudad. Por eso estaba incluso exento de portazgo y por ese mismo motivo las bodegas y viñedos burguillanos donde se producían estos caldos formaban parte del patrimonio de ricos hacendados toledanos que disfrutaban así de ese privilegio tributario.

Éstas y otras circunstancias conllevaron que el pueblo siguiera siendo lugar de señorío realengo y dependiente de la jurisdicción de Toledo durante casi ocho siglos, sin más justicia que dos regidores que nombraban anualmente los ricos propietarios de la ciudad que aquí tenían sus heredades.

Con el tiempo, parte de estas propiedades pasaron a formar parte de importantes conventos toledanos, fruto de donaciones y dotes de monjas descendientes de estos herederos, pero la situación del pueblo siguió siendo la misma.

La configuración del municipio de Burguillos como ente independiente no llegaría hasta comienzos del siglo XIX, con la instauración del periodo liberal. Por ese motivo nunca tuvo alcalde ni concejo propio. Pero a partir de 1811 este dominio jurisdiccional empezó a ponerse en entredicho y las Cortes de Cádiz dictaron un Decreto con la supresión de los señoríos (incluidos los jurisdiccionales) con el cual Burguillos conseguía, de esta manera, su independencia de la ciudad.

La Constitución de Cádiz de 1812 continuaría regulando este nuevo orden liberal, contemplando en su articulado la necesidad de formación de ayuntamientos para el gobierno interior de aquellos pueblos en los que hasta entonces no los hubiere.

Fue entonces cuando los vecinos de Burguillos adoptaron la nueva constitución española y nombraron el primer alcalde constitucional con el que se constituía su propio ayuntamiento independiente; aunque la ciudad siguió mostrando su resistencia a perder el señorío que ostentaba sobre éste y otros lugares de su campana. A lo largo del año 1813 el consistorio toledano siguió intentando ejercer sus antiguos privilegios y Burguillos tuvo que oponerse a estas exigencias, reclamando expresamente sus derechos y la total independencia que le otorgaba la Constitución.

Con la re-instauración de la monarquía absoluta en el año 1814 se intentaron disolver los ayuntamientos constitucionales y la restitución de los derechos señoriales, pero la situación no duró mucho y el rey se vio en la necesidad de restaurarlos de nuevo durante el denominado Trienio Liberal (1820-1823). A partir de aquí el ayuntamiento de Burguillos parece que se mantuvo en su nueva normalidad y se consolidó definitivamente con la restitución de la Constitución de Cádiz en julio de 1840.

Finalmente, el 19 de septiembre de 1842 se aprobaba por parte de la Diputación de Toledo la obra de remodelación del edificio que habría de servir como Cárcel y Casa Consistorial, pues hasta 1812 los vecinos de la localidad eran convocados a Concejo abierto en la plaza pública, al no disponer de ningún edificio público destinado a tal fin.

De esta misma época parece datar la Cruz de la Plaza de la Constitución, que al igual que los rollos jurisdiccionales de la Edad Media, se erigían como símbolo de tal privilegio.

 

Fuente: Eutimio García.

28,49

km2, superficie

1147

Año de fundación

3.184

Población